El vecino siempre llama mucha veces

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«Nos gusta dar las gracias a todas aquellas personas que, sin apenas conocernos, nos ayudan. Sin embargo, nos olvidamos de aquella personita que vemos casi todos los días y que de alguna manera siempre está ahí. Muy cerca. Vive encima, debajo o enfrente de tí. Te guarda las llaves. Te recoge el correo y te riega las plantas cuando estás de vacaciones. Se queda con los niños cuando sales algún día. Te sube la ropa que se te cae al patio, porque sabe que eres un despistado y no pones las suficientes pinzas. Aunque no te caiga muy bien porque a veces se queja de tu música, no podrías vivir sin él. Pero si de algo le has de dar las gracias es por hacerte la vida más dulce. Te preguntas las veces que se lo habrás dicho. ¿Tienes azúcar?»

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